En la búsqueda de paisajes nevados me doy cuenta que cuando la nieve cubre de blanco la superficialidad de aquello que únicamente estorba, deja al descubierto líneas de armonía y espacios de nitidez. Envuelto de blanco, es entonces cuando la reflexión llega al pensamiento más profundo y me descubro a mí mismo encontrando la pureza del pensamiento primario.